Hoy, los socialistas alcalainos hemos tenido el honor y la satisfacción de recibir la visita de Salvador Illa, diputado al Parlamento de Cataluña por la provincia de Barcelona, a nuestro municipio.
El que fuera ministro de sanidad del Gobierno de España, en los difíciles momentos en que se desencadenó la pandemia del COVID, ha visitado varias ciudades andaluzas con el propósito de apoyar la campaña de los socialistas a las elecciones autonómicas que han de llevar, más allá del permanente intento de manipulación de la derecha, a Juan Espadas a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Es comprensible que al PP y a sus dirigentes locales les agrade poco. Ahora que les toca examinarse de su gestión al frente de la Junta de Andalucía, cualquier visita que de pie para hablar del sistema sanitario público.
Esto es lo que decía el hoy Consejero de Salud en el Senado de España en Abril del año 2012 sobre el sistema sanitario: “Ahora que no estamos en campaña electoral es el momento de decir lo que de verdad pensamos, son una utopía los principios de la sanidad española de universalidad, equidad, gratuidad y solidaridad”.
“Una vez superadas las elecciones generales y las andaluzas, los políticos deben decir lo que de verdad piensan, aunque sea políticamente incorrecto”. Como diría el inefable M. Rajoy, fin de la cita.
No hay que ser muy avezado para darse cuenta de hacia dónde va dirigiendo la derecha al sistema sanitario. Su objetivo es, siguiendo la doctrina de Aguirre, irlo convirtiendo en un objeto de negocio, quebrando el principio de igualdad de oportunidades en algo tan básico como el mantenimiento de la salud y de la vida. Mientras que hacen regalos fiscales a las grandes fortunas, despiden a 8.000 sanitarios. El mensaje es nítido: Si continúa gobernado la derecha vaya pensando en hacerse un seguro privado, y para que ese convencimiento crezca a la velocidad que ellos desean, tiene que seguir deteriorándose el sistema público.
De esto no tiene mucho interés en hablar el PP. Mejor pasar de puntillas sobre el tema para no hacer mucho ruido.
Como alternativa a esto y para distraer la atención, siguiendo el estilo ruin y mezquino con el que se conducen las derechas, sacan a pasear un episodio que debía sonrojar al señor Bonilla y a sus representantes locales, el que señalan como el episodio de las mascarillas.
Mientras que Bonilla y toda la derecha intentaba utilizar la Pandemia para tumbar al Gobierno de España, éste, actuando con absoluta responsabilidad, frente a la frivolidad del PP utilizó todos los recursos que había disponibles en la Nación en esos momentos, dando una respuesta en la distribución de los recursos disponibles, en proporción a la gravedad que en cada región existía, al margen del color político de cada gobierno regional.
La Provincia de Jaén, y Alcalá en concreto, no ha recibido, en esta legislatura que ha concluido, ni un solo aliento de la derecha, tampoco es extraño, por eso los ciudadanos elección tras elección no confían en los demagógicos mensajes de una derecha insolvente que intenta sostener sus patrañas sobre las soflamas de la propaganda.