¿Cuáles son tus primeros recuerdos ligados a la política municipal?
Como pedaneo, ilusión. Creo que propia y también por parte de la gente de La Rábita. Yo fui el elegido, pero había y hay muchas personas que también habrían traído esa ilusión y aceptación de un nuevo aire. Como candidato en una lista electoral también lo recuerdo con mucho orgullo y responsabilidad. Creo que Carlos Hinojosa, a quien le debo todo esto, creía en mi y era una experiencia nueva que me gustó afrontar.
¿Cuándo y como comenzó tu implicación con el partido socialista?
Yo siempre he sido de izquierdas. Considero que los extremos no son buenos, ni tienden a representar, ni querer representar a la mayoría de la gente, por lo que el PSOE es el partido más pragmático en este sentido. Obviamente podríamos decir que esta implicación con el Partido Socialista empezó aquel día que Carlos me invitó a su casa para ofrecerme ir en la candidatura.
¿Cómo recuerdas tu entrada en el ayuntamiento tras la salida de Eva Bermúdez?
Primero con pena porque con Eva era una persona con la que sentía mucho feeling y admiración, y significaba que entraba yo porque salía ella. Aparte, con la lógica sensación de que podía haber aprendido mucho de ella y con la responsabilidad de intentar trabajar lo máximo posible para llegar si quiera a la mitad de lo que ella representaba. En definitiva una difícil papeleta. Una vez jurado el cargo, nerviosismo e ilusión por otra nueva vivencia.
¿Que sensaciones te dejan, visto desde dentro, la gestión del actual equipo de gobierno?
Está claro que vivimos una situación mundial única y difícil, pero creo que habría que abogar más por los que verdaderamente lo necesitan, y por los comercios que están a punto de echar el cierre, ya que lo peor está por venir. Ahora mismo estamos en el centro del problema pero lo que venga a posteriori, las consecuencias, serán más devastadoras.
Como dije en el pleno de las ordenanzas: «El arreglo de una calle puede esperar, pero las personas o un comercio que languidece y está a punto de echar el cierre no». Existiendo gastos millonarios que podrían haber esperado.Mención a parte, me parece que se ha bajado el nivel. El querer vender cualquier acto por insignificante que sea como cambiar la bombilla de una farola y la imperiosa necesidad constante de intentar dejar mal a anteriores gobiernos, de pisotear para engrandecerse, creo que es algo mezquino que algunos miembros del Gobierno deberían de reconsiderar y centrarse más en su labor propia.
Desde tu posición en La Rábita ¿cómo ves la actual situación de nuestras aldeas?
Veo que hay voluntad por hacer cosas pero hasta el día de hoy olvidamos grandes necesidades como el arreglo de carriles, algo primordial para el campo, por otras actuaciones quizás más vistosas, más populistas pero menos prácticas.
¿Cómo ves a medio plazo la situación de nuestra ciudad? ¿Crees importante que los socialistas vuelvan al gobierno en las próximas elecciones?
Creo que al final la gente se está dando cuenta de que es muy fácil prometer y no cumplir. Como dije anteriormente, vendrán años en los que nos arrepintamos de no haber apostado por los que verdaderamente lo necesitan.
Hemos pasado de debatir por la creación de un polígono en el Llano Mazuelos a permitir aparcar en un solar, aunque esa nueva creación de aparcamientos al final sea a costa de prohibirlos en otras calles. Al final el pueblo es soberano y no es fácil engañarlo adornando humo.