El 20 de enero de 2023 Elena Víboras presentó públicamente su candidatura a la alcaldía de Alcalá la Real y el PSOE me invitó a realizar un breve análisis económico de nuestra ciudad. Y lo hice. Frente al respeto que muchos alcalaínos me han trasladado, he sido vilipendiado por ello en las redes sociales por el candidato del PP, que es el actual alcalde (no por haber ganado las elecciones, que las perdió, sino por un pacto de las derechas que contraviene lo que su jefe Feijóo dice que quiere…). A una persona que ostenta un cargo institucional es de esperar y ha de serle exigido que, como mínimo, tenga respeto a sus conciudadanos y paisanos. Incluso que, llegado el caso, desde la distancia ideológica, muestre si no orgullo, al menos consideración a aquellos que, antes que él, tuvieron responsabilidades públicas por causa de la democracia y demostraron amor a su ciudad, a su provincia, a su región.
Cuando, frente a este honorable comportamiento que ha de tener cualquier cargo institucional, prevalece la vileza del insulto al oponente, reflejo de que no es considerado oponente sino enemigo, solo cabe recordar que mala consejera es la ofensa. Ofender debe alejarse de la política, más cuando se entremezcla con la mentira. Y más aún cuando la mentira se esconde cobardemente en las redes sociales, buscando “enredar” o aparecer en publirreportajes y fotos ligadas al ejercicio de responsabilidades públicas.
Recordé con Descartes que “cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto para que la ofensa no la alcance” y me reconforté con el Premio Nobel de Literatura Anatole France: “Para quien razona y obra es una mala señal el no ser vilipendiado, insultado o amenazado”.Pero, tras pensarlo, me convenció más nuestro Miguel de Cervantes: “No estamos obligados a castigar a los que nos ofenden, sino a aconsejarles la enmienda de sus delitos”
Y para cumplir con Cervantes, recuerdo a este señor que no se debe, desde el desconocimiento, intentar pontificar, pues la verdad se acabará vengando. Pero la ignorancia es osada, y no atiende a prudencia o imperativo, tampoco moral, de cuya carencia hace ostentación sin pudor. El resultado puede ser darse un “trompazo”, esto es, un recio golpe, también en su reputación. Ha intentado desprestigiar el análisis económico que realicé, a la vez que mi condición política, profesional y personal. Vamos, pues, a responder.
En el análisis que realicé el 20 de enero utilicé los últimos datos oficiales disponibles: para el mercado de trabajo diciembre de 2022, y 2021 para el tejido productivo. Con el tiempo habrá otros, pero ahora son estos.Proceden del Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta de Andalucía, que es la fuente oficial que genera datos o los recopila de otras fuentes primarias (ministerios, consejerías…). No proceden “de la CNAE”, como afirma, mostrando el desconocimiento sobre qué es la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, esto es, un listado que clasifica en un determinado sector a cualquier empresa por su actividad principal(https://www.cnae.com.es/), asignándole un código que es válido para toda la Unión Europea y Eurostat. Por tanto, lo que dice este señor sobre que “La consulta al CNAE también permite comprobar…” es falso, porque no ha consultado nada, y una sandez propia de un indocumentado que se arriesga por caminos para él ignotos, pero que pontifica sin pudor. Dicho esto, quiero ser ahora muy directo y responder a cada mentira.
Uno. Dije que en Alcalá se crearon 38 empresas no agrarias (unas 40 se ha dicho en la prensa) entre 2019 y 2015. Las estadísticas oficiales dicen que en 2019 había 1334 y, en 2015, 1296. Luego 1334-1296=38. Así que, verdad (ver cuadro).
Dos. Dije que eso supuso el 22% de las empresas creadas en Jaén. Si en Jaén había en 2019 32965 empresas y en 2015 había 32792, la diferencia es 173 (unas 200 se ha dicho en la prensa). Pues bien, las 38 que se crearon en Alcalá son, exactamente, el 22% de las 173 que se crearon en Jaén. Así que, verdad (ver cuadro).
Tres. En el período del PP, en Alcalá la Real, 1351-1334=17 que se crearon. Y en Jaén, 33806- 32965=841 (las casi 850 que le salen al candidato haciendo una regla de tres, dice). Por tanto, esas 17 suponen, exactamente, el 2% de las 841 de Jaén. Así que, verdad (ver el cuadro).
Cuatro. Critica que (textual) “siempre hemos estado muy lejos de representar el 22% de creación de empresas de la provincia”. Mentira: lo acabamos de demostrar en el punto Dos.
Cinco. Y sigue criticando. “Lo más un 4%”. Miente. El 4% es lo que todas las empresas de Alcalá la Real representan en el total de empresas de Jaén. De lo que estamos hablando es de la creación de empresas. Y es que, siendo las empresas de Alcalá la Real el 4% del total de Jaén, el 22% de las que se crearon en el período socialista en Jaénfue en Alcalá la Real. Hay variables que son “stock”, que nos indican el valor de lo que hay en un momento determinado, y variables que son “flujo”, que nos indican la variación que ha habido. El candidato confunde el stock (4%) con el flujo (22%). Piadosamente, entiendo que simplemente es una negligencia.
Y seis. No deja de ser curioso que acabe su diatriba hablando de Elena Víboras, pero no entre a cuestionar, también, los datos del mercado de trabajo en el período analizado: se preocupa de las empresas, pero le da igual el empleo y el paro. Vamos a recordar con datos que el gobierno municipal de las derechas ha traído a Alcalá la Real menos empresas, menos empleo y más paro:
• Con los socialistas se creó empleo (+514 afiliados a la Seguridad Social). Pero con las derechas se ha destruido empleo (-283). La diferencia: casi 800 empleos más con el PSOE.
• Incluyendo a los trabajadores agrarios subsidiados, con los socialistas se redujo la tasa de paro (-3.0 puntos) mientras que ha aumentado con las derechas (+1.2 puntos).
• Sin contar a los trabajadores agrarios subsidiados, el paro registrado con los socialistas bajó en 138 personas (bajó el 13.0%) y con las derechas el paro ha aumentado en 89 personas (+9.6%). Así que el candidato puede dejar gráficos y listados, pero los datos son los datos. La primera lealtad de un político tiene que ser con la realidad. Debe caracterizarse por el amor a su tierra y el respeto a sus conciudadanos: voten lo que voten, son sus vecinos y sus paisanos, no sus enemigos. Y, también, debe caracterizarse por la verdad en sus aseveraciones y la valentía para debatirla con argumentos.Desde la normalidad y, por supuesto, con conocimiento de causa.
Antonio Ávila.
Profesor de la Universidad de Málaga.